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sábado, 5 de febrero de 2011

Para Kien No Nos Entienda...

Ella sabe que la quieres y deseas que sea feliz, que sea otra vez la misma de siempre. Pero últimamente parece aislada, deprimida y obsesionada con la idea de tener un niño.

Probablemente encontrarás difícil entender porque el hecho de quedarse embarazada ha teñido virtualmente todos los aspectos de su vida diaria.

Ella espera que leyendo estas líneas escritas por psicólogos con experiencia en esterilidad, tanto personal como profesional, entiendas mejor el dolor que está sintiendo.

Estas notas también te orientaran sobre la forma de ayudarla.

ALGUNOS DATOS SOBRE LA INFERTILIDAD

Puede que te sorprendas cuando sepas que aproximadamente una de cada seis mujeres que decide tener un niño, no puede concebirlo.

Hay muchas posibilidades para justificar una estadística tan mala: trompas de Falopio obstruidas, fracaso ovárico, alteraciones hormonales, exposición a tóxicos o un número bajo de espermatozoides en su pareja, por mencionar solo unas pocas.

Además, una vez que la mujer ha superado los 35 años, tiene más dificultades en concebir un niño fundamentalmente porque muchos de sus óvulos empiezan a ser ya defectuosos.

Todas estas razones para conseguir un embarazo son físicas o fisiológicas, no psicológicas. Las trompas no se bloquean por el hecho de que una mujer esté pensando con mucha intensidad en quedarse embarazada. Los anticuerpos que matan el esperma no desaparecen simplemente porque la mujer se relaje; y el hombre no puede hacer que sus espermatozoides viajen más rápidamente desarrollando un talante más optimista.

CONSEJOS BIEN INTENCIONADOS

Cuando alguien a quien queremos tiene problemas, es natural intentar ayudarle; y si no hay nada específico que podamos hacer, procuramos darle algún consejo.

A menudo recurrimos a nuestras propias experiencias o a anécdotas que implican a otras personas que conocemos.

Quizás, recuerdes ahora alguna amiga que tuvo problemas para quedarse embarazada hasta que ella y su marido se fueron a una isla tropical. Así que le sugieres a ella y a su marido que se tomen también unas vacaciones.

Aprecia mucho tu consejo, pero no le sirve porque su problema tiene un origen físico. No solo no le sirve, sino que además le afecta mucho. De hecho, está continuamente inundada por este tipo de consejos.

Imagínate lo frustrante que debe ser para ella que le cuenten como otras parejas se quedan embarazadas "mágicamente" durante sus vacaciones simplemente por haber hecho el amor. Para ella, que ya está recibiendo tratamiento para la infertilidad, hacer el amor y quedarse embarazada son dos conceptos que empiezan a no estar relacionados.

No te puedes imaginar lo duramente que está intentando tener un bebé, y lo frustrada que se siente cada vez que se da cuenta de que no ha podido ser.

Estos consejos, aunque bien intencionados, son en realidad un intento de transformar una situación extremadamente compleja y desagradable, en un problema simple.

Simplificando su problema de este modo se infravaloran sus sentimientos, haciendo que se sienta incomprendida.

Es probable, e incluso natural, que en estas circunstancias ella y otras mujeres en su situación se enfaden y se molesten si alguien recurre a estos consejos.

Lo único cierto es que no hay prácticamente nada concreto que puedas hacer para ayudarla. La mejor ayuda que le puedes proporcionar es ser comprensivo con ella y ofrecerle todo tu apoyo. Y es más fácil apoyarla de esta manera si puedes apreciar como el hecho de no poder tener hijos, puede llegar a ser un golpe devastador.

PORQUE EL NO PODER TENER NIÑOS PUEDE AFECTAR TANTO

Muchas mujeres han crecido con la esperanza de que tendrían un hijo algún día.

Se han visto a sí mismas asumiendo el papel de madres desde que jugaban con muñecas. Incluso algunas mujeres no se consideran a sí mismas completamente desarrolladas hasta que no son madres.

Cuando ella piensa en que no puede tener hijos se siente, de algún modo, imperfecta.

Lo peor de la situación es que ella no tiene, ni de lejos, la certeza de que algún día vaya a tener un hijo.

Una de las cosas más crueles que se le puede hacer a una persona es proporcionarle una esperanza que luego no se hace realidad. La medicina moderna ha creado esta "espada de doble filo": ofrece esperanza donde antes no la había, pero a costa de una pequeña posibilidad de éxito.

QUE OFRECE ACTUALMENTE LA MEDICINA A LA MUJER INFÉRTIL

En la última década la medicina reproductiva ha desarrollado grandes avances que permiten a mujeres que en el pasado hubieran sido incapaces de tener un niño, poder concebir ahora. Determinadas medicaciones pueden hacer que aumente el número y tamaño de los folículos que produce una mujer y, por lo tanto, aumentar sus posibilidades de fertilización.

La técnica de la fertilización in vitro (FIV) consiste en extraer óvulos de la mujer y ponerlos en contacto con el esperma en un "tubo de ensayo" para tratar que este logre fecundarlos en el laboratorio. Los embriones así obtenidos pueden ser entonces transferidos al útero de la mujer para esperar su implantación.

Si los espermatozoides no son capaces de fecundar el óvulo por si mismos, cabe la posibilidad de la micro-inyección. Tomando un solo espermatozoide e inyectándolo directamente en el núcleo del óvulo para así fecundarlo de forma artificial. Aún así hay que contar con que el embrión obtenido decida implantarse.

Y estas no son las únicas posibilidades.

A pesar de la esperanza que estas tecnologías ofrecen, no deja de ser un camino difícil de recorrer. Algunos de estos procedimientos de alta tecnología se realizan solo en unos pocos sitios, lo que obliga a algunas de estas mujeres a viajar largas distancias.

Incluso si el tratamiento está disponible y próximo, las pacientes tienen que realizar numerosas visitas al médico, ponerse inyecciones diariamente, acoplar continuamente su trabajo y otras actividades con los diferentes procedimientos médicos e incluso en ocasiones, realizar importantes desembolsos de dinero.

Por no contar las interminables listas de espera que ofrece la sanidad pública.

Todo esto está además precedido por una batería de pruebas diagnósticas que pueden llegar a ser extremadamente dolorosas o violentas para la mujer.

La infertilidad es una situación médica muy personal y a muchas mujeres, incluida ella, les resulta muy difícil exponerla claramente a sus compañeros de trabajo y a sus jefes, por lo que no son infrecuentes las excusas cuando el tratamiento interfiere de alguna manera con su trabajo.

Mientras tanto, tiene que gastar un montón de tiempo y energías en realizar diferentes trámites burocráticos.

Después de cada intento médico para conseguir un embarazo, ella debe adoptar una actitud de espera que está sazonada de brotes de optimismo y pesimismo.

Es una especie de "montaña rusa" emocional. No sabe si la tensión mamaria que siente es un signo de embarazo, o un efecto secundario de la medicación. Si ve una pequeña mancha de sangre en su ropa interior, no sabe si es un embrión tratando de implantarse o es que su regla está a punto de comenzar. Muchas mujeres que no se quedan embarazadas después de una fecundación in vitro llegan a sentir como si su "bebé" hubiera muerto. ¿Cómo puede una persona llegar a sentir pena por una vida que solo existió en su mente?

Y mientras está tratando de arreglárselas con esta confusión emocional, puede ser que la inviten a una fiesta infantil o a un bautizo, o se entera de que una amiga o una compañera de trabajo está embarazada, o lee la noticia de un niño de un día de vida que han encontrado abandonado en un contenedor ¿Te puedes imaginar su envidia (sana), o su rabia por las injusticias de la vida?

Teniendo en mente que la infertilidad impregna prácticamente cualquier faceta de su existencia, es fácil entender porque está obsesionada con esta búsqueda.

Cada mes que pasa, se pregunta si, al fin, este será su mes. Si no lo es, muchas veces la cuestión es si podrá reunir la energía suficiente para intentarlo de nuevo. ¿Será capaz de empezar un nuevo ciclo de tratamiento? ¿Se verá finalmente obligada a abandonar definitivamente su sueño?

Es un hecho que muchas mujeres infértiles se llegan incluso a preguntar hasta cuando les mantendrá su marido todo su apoyo.

Cuando hables con ella trata de "sintonizar" con el peso que lleva en su mente y en su corazón. Sabe que te preocupas por ella y puede que necesite hablar contigo de esta mala experiencia. Pero también sabe que no hay nada que puedas hacer o decir para que se quede embarazada y teme que le hagas una sugerencia que incluso aumente su desesperanza.

QUÉ PUEDES HACER



Le puedes dar tu apoyo, y no la critiques por alguna de las cosas que haga (como no mostrarse cariñosa con, pongamos por ejemplo, un sobrino) para no aumentar su malestar emocional. Podrías decir algo como esto: "Me preocupo por ti. Después de leer esto, me hago más idea de lo duro que debe ser esto para ti. Me gustaría poder ayudarte y estoy para escucharte y llorar contigo, si es que tienes ganas de llorar. También estoy para animarte cuando pienses que no hay ninguna esperanza. Puedes hablar conmigo. Me hago cargo"

La cuestión más importante que hay que recordar es que está angustiada y preocupada. Escucha lo que tiene que decir, pero no juzgues. No trates de pretender que todo irá fenomenal.

Tampoco la lleves al fatalismo con expresiones tan frecuentes como " lo que tenga que ser, será"; si ese fuera realmente el caso ¿qué sentido tendría el uso de toda esa tecnología médica para intentar hacer realidad lo que la naturaleza por si misma no ha podido?

La disposición para escuchar puede ser de gran ayuda. Las mujeres infértiles se sienten, en cierto modo, aisladas de otras personas. La capacidad de escucharla y apoyarla pueden ayudarla a manejar mejor el estrés que está experimentando.

Su infertilidad es una de las situaciones más difíciles a las que se tendrá que enfrentar nunca.

UNA NOTA FINAL

En razón de su infertilidad, la vida es muy estresante. Sin embargo, hace lo posible por sobrellevarlo. Por favor, se comprensivo.

En algunas ocasiones la notarás deprimida, en otras, enfadada. A veces estará física y emocionalmente extenuada y como se decía al principio, ella no parece ser la misma que solía ser, ni quiere hacer muchas de las cosas que acostumbraba hacer.

No tiene ni idea de cuando se solucionará su problema. Ni siquiera de sí se solucionará.

Se ha embarcado en una ardua aventura emocional (e incluso económica), con una no muy alta probabilidad de éxito. Las posibilidades son incluso menores para las mujeres por encima de los 40 años. Sin embargo, cuanto más persevere en su empeño, mayores son las posibilidades de conseguir finalmente un embarazo.

Puede que algún día tenga éxito. Puede que algún día se rinda y recurra a la adopción o bien se haga a la idea de vivir una vida sin hijos. Aunque en el momento presente, no tiene ni idea de lo que ocurrirá. No sabe por qué le ha tocado en suerte esta situación, pero nadie lo sabe. Todo lo que sabe es la angustia horrible que vive cada día.

Por favor, preocúpate por ella. Se sensible con su situación y dale tu apoyo; lo necesita. Y lo quiere.

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